Caracteristicas de la piel sensible

Prueba de tipo cutáneo

La piel sensible se refiere a una serie de afecciones, desde dolencias genéticas, como la rosácea y el eccema, hasta alergias graves. Aunque muchas personas pueden tener una reacción cutánea en un momento u otro a un producto o ingrediente, las que tienen problemas persistentes se clasifican como piel sensible. Echa un vistazo a estos 10 signos para saber si tu piel necesita cuidados adicionales.

El enrojecimiento es un signo común de la piel sensible, tanto si se trata de una predisposición genética -como la rosácea- como de una reacción a determinados ingredientes. Las personas con una piel muy sensible tienen esta reacción con frecuencia. Las personas con una “sensibilidad” cutánea infrecuente a ingredientes agresivos no se consideran pieles sensibles, pero deben evitar todo lo que les cause irritación de forma habitual.

Las erupciones frecuentes y las pequeñas protuberancias rojas son signos reveladores de sensibilidad. Asegúrese de examinar cualquier producto nuevo realizando una prueba de parche en una zona pequeña y discreta. Espere 24 horas para ver si aparece una erupción antes de aplicárselo por toda la cara o el cuerpo.

Ya se trate de un limpiador, una crema hidratante, una base de maquillaje o un protector solar, la piel reacciona, y no de buena manera. Las personas con piel sensible suelen tener una barrera cutánea más fina, lo que permite que los ingredientes de los productos de cuidado de la piel piquen o quemen. No sobrecargues la piel sensible con ingredientes agresivos, utiliza productos suaves e hipoalergénicos formulados para pieles sensibles.

Piel normal

El desarrollo de productos de consumo para la belleza, la salud y el hogar incluye habitualmente pruebas intensivas previas a la comercialización, con el fin de garantizar que cualquier producto comercializado esté libre de potencial irritante. No obstante, no es infrecuente que el personal de vigilancia poscomercialización reciba informes de reacciones sensoriales desagradables a dichos productos que no se predijeron ni siquiera con la metodología de desarrollo más sólida (1). Las reacciones sensoriales de los consumidores influyen mucho en las decisiones de compra. De hecho, de los consumidores que afirmaron tener una piel inusualmente sensible, el 78% evitó productos específicos debido a experiencias previas de efectos sensoriales desagradables con su uso (2). Estas sensaciones adversas suelen ser transitorias y no van acompañadas de los clásicos signos visibles de irritación (3). El mecanismo subyacente no es ni inmunológico ni alérgico (4).

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“Síndrome definido por la aparición de sensaciones desagradables (escozor, quemazón, dolor, prurito y sensación de hormigueo) en respuesta a estímulos que normalmente no deberían provocarlas. Estas sensaciones desagradables no pueden explicarse por lesiones atribuibles a ninguna enfermedad cutánea. La piel puede tener un aspecto normal o ir acompañada de eritema. La piel sensible puede afectar a todas las localizaciones corporales, especialmente a la cara.”

Piel muy sensible

Todas las personas que tienen la piel sensible tienen algunas cosas en común: enrojecimiento, irritación e inflamación. Sin embargo, ¿sabías que no todas las pieles sensibles son iguales? Dado que el grado de sensibilidad difiere, identificar tu tipo de piel sensible te permitirá enfocar tu rutina de cuidado de la piel desde el ángulo adecuado. A continuación te presentamos cuatro tipos de piel sensible y lo que puedes hacer para tratar cada uno de ellos.

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Las personas con piel sensible suelen creer que tienen una piel sensible por naturaleza. Aunque esto puede ser cierto, no siempre es así. Las personas con piel sensible por naturaleza nacen con ella, ya que es algo genético. Las afecciones cutáneas como el eccema, la rosácea y la psoriasis son comunes entre las personas con este tipo de piel. Sin embargo, factores externos como el clima, ciertos alimentos y productos de cuidado de la piel son responsables de provocar brotes. Por eso se recomienda invertir en productos suaves y respetuosos con la piel, como la crema hidratante enriquecida Simple Kind To Skin Replenishing Rich Moisturiser.

Vivir en una zona muy contaminada o mudarse a otra puede hacer que tu piel reaccione con sensibilidad a los factores estresantes del entorno. Puede experimentar enrojecimiento o escozor cuando se expone a la contaminación, el sol o el humo; cuando se eliminan estos desencadenantes, su piel se repara y vuelve a la normalidad. A diferencia de la piel sensible por naturaleza, este tipo de piel se ha vuelto sensible debido a factores ambientales. Es bastante común en las ciudades metropolitanas, donde los niveles de contaminación son altos. Para evitarlo, desarrolla una rutina de cuidado de la piel saludable y utiliza productos diseñados para combatir los efectos de la contaminación. Utiliza Simple Kind To Skin Refreshing Facial Wash para eliminar la suciedad y los contaminantes de tu piel.

¿Cuál es mi tipo de piel?

La piel sensible (o sensibilizada) es un problema cada vez más frecuente, aunque, a diferencia del acné, no es un diagnóstico médico. En general, se considera una de las principales categorías de tipos de piel, junto con la grasa, la mixta, la seca y la normal. Como en todas estas categorías, existen distintos niveles y grados de sensibilidad. A veces se trata de una fase temporal relacionada, por ejemplo, con una reacción alérgica específica a un producto o alimento. Si se identifica y elimina al culpable, la piel sensibilizada puede recuperarse. Sin embargo, la “verdadera” sensibilidad cutánea suele ser permanente. Pero hay muchos productos y tratamientos que pueden aliviar los síntomas, calmar la irritación y aliviar las molestias.

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La piel sensible tiende a ser reactiva. La mayoría de los productos simplemente se sienten como si fueran demasiado, demasiado fuertes, demasiado irritantes. Suele ser fácil de identificar. La piel sensible es propensa al enrojecimiento, la irritación y la descamación. Algunas otras afecciones de la piel, como la rosácea, pueden incorporar sensibilidad cutánea. Los hilos venosos rotos también pueden ser un rasgo característico (aunque también pueden aparecer en otros tipos de piel, a menudo como resultado del proceso de envejecimiento). La piel sensible puede escocer, quemar o picar. También puede resecarse y enrojecer con facilidad. Tiende a enrojecerse rápidamente si se rasca, o siempre tiene un enrojecimiento de fondo.

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